No todos los años se puede jugar una semifinal de la Liga de Campeones, y los aficionados al balonmano lo saben bien. Por eso, el pabellón Lizarrerria se convertirá mañana (19.00 horas) en una caldera, tanto que ya se han agotado las 1.800 localidades de asiento teniendo en cuenta las casi 650 que tienen reservadas los socios del club y las más de mil vendidas estos días, 200 de ellas a aficionados húngaros.
Quien quiera adquirir una entrada de pie no podrá hacerlo hoy, aunque sí mañana, en la taquilla del pabellón desde una hora antes de que comience el encuentro. Según explican desde el club, han llegado peticiones de entradas desde Vizcaya, Guipúzcoa, La Rioja, Zaragoza, Huesca, Soria o Madrid, algo habitual en los partidos de Champions y en algunos de Liga. "Hay gente de fuera a la que le gusta mucho el balonmano y que es consciente de que un partido así no se ve todos los días", señala el responsable de prensa del club, Juan Andrés Pastor.
El rival de Itxako Reyno de Navarra en esta semifinal, el Györi Audi ETO húngaro, llega hoy a Pamplona, donde se alojará, sobre las 14.45 horas en un vuelo chárter prodedente de Bratislava (Eslovaquia). El equipo magiar tiene previsto entrenar en el pabellón Lizarrerria esta tarde, de 19.30 a 21.00 horas, justo después de que lo haga el conjunto estellés, a partir de las 17.00 horas. Para entonces ya estará colocada la alfombra azul sobre el parqué, operación que se inició ayer mismo por la noche.
El Györi, que regresará a Hungría tras el partido, tiene un presupuesto de unos 4 millones de euros y un potente patrocinador, Audi, marca de automóviles que pone un vehículo a disposición de cada jugadora.
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