Santiago Brián deja de ser entrenador del BM Mar Sagunto desde el día de hoy. La renuncia, según informaron desde el club "responde a la imposibilidad de llevar a cabo mi trabajo por sentir que siempre se está asfixiando un proyecto tan grande y tan interesante como el que está instalado en Sagunto". “A nivel deportivo estar en este conjunto es un honor para cualquiera pero trabajar cuando te sientes desamparado acaba haciendo mella en todos los sentidos”.
La marcha del preparador alicantino supone un nuevo capítulo en la convulsa situación en la que vive el club más laureado del balonmano femenino español, el cual subsiste sin patrocinador y "con poco más que buenas palabras que no se traducen en apoyo", en opinión de la presidenta de la entidad, Cristina Mayo.
Mayo explicó a los medios de comunicación que "Santiago es un luchador de pies a cabeza y de aquí sale por la puerta grande después de constatar que la ilusión con la que llegó a Sagunto se ha ido evaporando por la falta de apoyos generalizada en el Camp de Morvedre, y en especial por parte del Ayuntamiento". “Me atrevo a decir que a día de hoy todo es difícil, incluso para las jugadoras, que quieras o no, deben estar centradas en su trabajo cuando no saben ni si van a cobrar a partir de enero, o incluso cuando tampoco saben si van a poder acabar la temporada”.
El Mar Sagunto se lanza ahora a la búsqueda de un ocupante para su banquillo, una empresa que tal y como reconoce Mayo "se antoja difícil a pesar de que en el club se tiene la intención de sanear un proyecto de alto rendimiento para el presente inmediato y para los próximos años". La sempiterna entrenadora añade que "aquí estamos para dignificar la participación de la mujer en el deporte y buscar la excelencia y el alto rendimiento con unas condiciones mínimas". "Las autoridades saben potenciar otros deportes, o a otros deportistas masculinos, así que en el fondo la cosa va más allá de la coyuntura económica en la que están instalados los consistorios".
La madrileña concluye aseverando que "hay que dar un paso hacia delante en la igualdad de trato en el deporte entre los hombres y las mujeres como se hace en las sociedades avanzadas de los países nórdicos". "Allí se tiene claro que el deporte es una expresión del desarrollo que hay que potenciar sin importancia del sexo de quien lo practique".
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