No comenzó bien Itxako Reyno de Navarra el partido ante Monovar Urbacasas. Durante los primeros minutos el luminoso alternaba ventajas para uno y otro conjunto, mostrandose el equipo visitante incisivo, batallador y muy motivado. Bien sustentado por Mª Muñoz en portería se permitieron el lujo incluso de salir al contraataque y de marcar el ritmo de juego en los primeros diez minutos. Cuando se pusieron por delante en el minuto 11 con el 5 a 6, Ambros pidió un tiempo muerto que pareció el bálsamo de Fierabrás. A partir de ese momento se curaron todos los males de un Itxako que volvió a la pista como si fuera otro.
En los siguientes quince minutos las monoveras se olvidaron de marcar. Un parcial de 10 a 4 dejó los números del descanso encajados en la lógica, 15-10. La segunda mitad no fue más de lo mismo sino todavía mejor. En el momento que las navarras imprimieron esa sexta velocidad en las transiciones su contrincante se vio preso de la impotencia y entregó la cuchara. Así fue creciendo la diferencia de manera progresiva. A la fiesta anotadora se sumaron las canteranas Leire Aramendia y Amaia Azanza con dos goles cada una. Los cerca de 400 espectadores pudieron disfrutar sino de un partido emocionante, sí de ese juego vivaz y espectacular en el que su equipo se encuentra cada vez más cómodo.
Itxako Reyno de Navarra se afianza en el liderato liguero y comienza a preparar la maleta con la que viajar el viernes camino del Este húngaro donde espera un Kórvez que será capaz de llenar las gradas de su pabellón con capacidad para 4.500 personas.
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